Oda a la alegría. Lola Pistola. 2024. Videoperformance.
Oda a la alegría. ¿Nos merecemos una ovación? El
postmodernismo trajo consigo una maraña de miradas
críticas que destruyeron la fe en la humanidad:
deconstrucción, y más deconstrucción. Toca deshacerse de
las viejas creencias ilustradas, sacar a la luz toda la sospecha
de que, quizás, no lo estábamos haciendo tan bien. Ni Dios, ni
Estado, ni marido, ni partido. Deshechar las estructuras,
derrumbar los cimientos que erigieron lo que llamaron
modernidad.
¿De pronto nos sentimos huérfanxs anta tanta incertidumbre,
tanto vacío, tanto desamparo? Lo cierto es síntoma de mucha
alienación (o simplemente jugar a hacerse el ciegx) no
percatarse de que sí, amigues, el mundo se va a la mierda.
Apuntando mejor, hemos mandado el mundo a la mierda,
hemos llenado el mundo de mierda, hemos intoxicado,
drenado, sobreexplotado, infectado, marchitado, colapsado,
combustionado, aniquilado, succionado, embrutecido y
manoseado la tierra que aun (por poco) nos mantiene en pie.
¿Cómo salir de esta? ¿Reír, llorar? ¿No son acaso la misma
cosa? ¿Cuánto de absurdo se imprime en esta tremenda e
irónica realidad? ¿Cuánto de paradójico alberga ese oxímoron
que es la vida muerta, la muerte en vida, propinarnos una
extinción a través de la vida, creer que vivimos mientras
labramos nuestra extinción?
Alegría. Una mierda. Esto es una oda para el nuevo réquiem
metamoderno.
Os invito a llorar, también a reír.
click aquí para ver
trabajos
inicio